Motivos para cambiar mangueras

23.10.2013 16:30

Ya no me gustan los perros como anteriormente me gustaban, antes podía durar horas jugando con un perro hasta cansarme y después dormir, pero he notado que ni siquiera sus ladridos me siguen gustando, ya que cuando ladran siempre hay un sonido muy peculiar que causa graves molestias en mis oídos, ese sonido es parecido al de los equipos contra incendio.

Éstos de los cuales hablo no siempre han salido en películas, aunque son parecidos a unas regaderas que ponen en cada oficina, de cada edificio, de cada cuadra de cada ciudad. A su vez he aprendido que no es necesario dejar a un lado las actividades mientras que las fugas de agua siguen creciendo y se hacen gravemente acreedoras a un discurso por parte de sus dueños para explicar el porqué de tanta agua siendo desperdiciada.

Cuando encontramos escribiendo sobre grandes cosas como las maneras diferentes de ver la vida y su gama de terminologías, entonces nos damos cuenta de algo muy importante; no exísten grandes barreras en los seres humanos para lograr lo que quieren lograr, algunas veces será muy difícil, si no es que la mayoría del tiempo, pero así pasa con los equipos contra incendio también, no hay garantía alguna de lograr los objetivos si no es que se le echan ganas a lo que se desea, hay que luchar por algo, y mientras que se lucha vivir.

Por ese motivo me da mucho placer el informarles a todos que a continuación escribiré un pequeño libro de dos párrafos, el cual será nominado a bastantes y muy variados premios, como el “mejor libro express” y las “literaturas baratas”.

No quiero que vayan a pensar mal de las  mangueras y accesorios  o de lo que acabo recién decir, pero las guitarras que escucho en mi mente son demasiado dispersadas por todos lados, logrando que las mejores composiciones se logren en menos de diez minutos, ya que así se deben de componer las canciones, en menos de una hora, así se mantiene y se analiza a fondo toda la naturalidad del asunto.

Por ese motivo ya no escribo tantas canciones como antes solía hacer, ya que siempre quería durar años, horas en ellas y me di cuánta cuenta de que no se trataba de dejar de vivir, sí, de alguna manera sí, pero no tenía que ser como una adicción a las mangueras y accesorios, sin embargo tenía que ser meramente algo “demasiado libre”.

Unas de las hormigas que siempre pasan por mi casa me han dado a entender solamente una cosa; las puedes pisar, pero inmediatamente pasarán otras por el mismo camino y así debe de ser la vida de los humanos que son pisoteados de repente, debemos de encontrar de nuevo la misma CONTINUIDAD para seguir con nuestros planes, y esos planes son magníficamente perfectos siempre y cuando se les sigan dando aires de grandeza.

Yo tengo aires de grandeza, no lo puedo evitar nací con ellos. Pero son muy diferentes al resto de los aires que la gente respira para poder vivir, son aires que no se detienen al pasar por la garganta. Ya casi lo logro, casi tengo 30 años y eso me pone realmente muy contento, ya que no creo que alguna vez haya sido un desperdicio haber pasado algunos de estos años en escuelas o proyectos que no terminaron.